martes, 30 de noviembre de 2010

yes yes, si si, OUI OUI

Amo desayunar.
La mañana del domingo es especial. Abro los ojos y ya se siente distinto, tiene la cadencia que acompaña al ritmo pausado del descanso.
Amo desayunar en Oui Oui.
Mientras caminamos con la prensa en la mano voy imaginando el olor a café con tostadas que me recibirá al introducirme en su pequeño mundo.
Una mirada franca y una sonrisa de pocas palabras, respetando todavía la somnolencia dominguera, escucha nuestro deseo hambriento: café con leche, zumo, tostadas… o una tabla de queso… o un revuelto… o cereales… o unas ricas magdalenas… o lo que quieras, estará exquisito.
Mientras leo, sonrío y disfruto de mi desayuno, te miro a los ojos y se que repetiremos.

domingo, 28 de noviembre de 2010

CHILA, un homenaje al paladar


Amo descubrir cocinas nuevas, y esta fue toda una experiencia.
Fuimos sin saber bien lo que nos esperaba, porque a pesar de ser lectora de páginas y libros de críticas, me he dado cuenta que la única crítica válida es la da la propia experiencia.
Un lugar bien iluminado, cómodo y con vajilla y cristalería que nos introduce al placer que nos espera. ¿Por qué pongo atención en ello? Porque para mi el vino no sabe igual en cualquier copa! Esto sirve también para casa.
El servicio es el adecuado, respetando la cadencia de una comida a tiempo ¿cuál tiempo?, tú tiempo, el que necesitas para saborear adecuadamente lo que te regala Soledad Nardelli.
Para la comida me faltan palabras que contengan las sensaciones. El corte de los alimentos, los niveles de cocción de cada componente del plato, el tamaño de las porciones, la composición sugerida en el conjunto, hacen de esta una experiencia inolvidable.
Mi menú y el que te recomiendo:
• Crema de trufas, huevos a 61º, echalotes al cognac y cubitos de morcilla
• Pasta de curry ahumado rellena de hongos, crema de calabaza y caldo de hierbas frescas.
• Frutas frescas, manzana y chocolate
El placer duró dos horas y una más en el recuerdo de una tranquila caminata de verano hacia casa.
Muchas Gracias!

sábado, 27 de noviembre de 2010

La cocina como terapia

Cree este blog hace mucho tiempo sin tener una idea real de que quería hacer con el.
Hace poco, y como fruto del stress que llenó por todas partes mi vida empecé a pensar seriamente en buscarme un hobby. ¿Por qué buscarme? porque hasta aquí lo único que hacía era trabajar, trabajar y después seguir trabajando. Cuando me di cuenta de esto quise empezar a prestar atención a mi vida cotidiana y darme cuenta que es lo que me reportaba verdadero placer.
Hice una búsqueda ardua sin frutos y mucha frustración. Tengan en cuenta que no hablo aquí de gimnasio, masajes y cosas que las mujeres de hoy hacemos para “mantenernos”, sino algo que vuele mi mente, que cuando comience a hacerlo apague todos los cartelitos de urgente de mi trabajo: que si la reunión, que si el precio, que si bla bla bla.
Pasados unos cuantos meses ya casi a punto de abandonar esta búsqueda, allí, en la cocina de mi casa, sentada bajo la luz de la mesada pelando echalotes para una vinagreta, registré ESA sensación: Llevába unas horas en la cocina, y yo me sentía bien, MUY BIEN. No estaba pendiente de otras cosas, acordándome lo que debía apuntar en la agenda o resolviendo problemas mientras “hacía” que estaba ahí.
Tirando de esa punta me di cuenta que mi terapia es la cocina.
La cocina siempre estuvo presente en mi vida. Por mi abuela, por mi madre, mi hermano, todos amantes de la cocina de una u otra forma. Yo desde chica y por las raíces siempre cociné, nunca me pasó de no saber hacer ni un huevo frito, ya que en mi mente estaban las miles y millones de imágenes registradas desde los fuegos de mi infancia… y cuando tocó, solita comencé a andar.
El chip de nuestra era me arrancó de la cocina a los 20 años. Por viajes, profesión, y el pensamiento un poco tonto de “no hay tiempo”. Si eres ejecutivo NO HAY TIEMPO para otra cosa que no sea para trabajar.
A los 30 y por algunas decisiones por primera vez maduras y cariñosas para mi, empecé a volver, a recuperar la pausa y aquí me encuentro comenzando este nuevo camino.
Voy a hablar de cocinar, de comer, de leer, de comprar, de celebrar, y de todo lo que me reporte placer relacionado con la comida. No voy a crear una página de recetas sino de vivencias, y si las vivencias me traen recetas bienvenido sea.
No soy una profesional de la cocina soy como las miles de millones de mujeres que son profesionales, amantes, amigas, hijas, madres… y además cocineras de corazón.
Gracias si te has leído esto y espero que los disfrutes.